Desde el momento en que el madrileño Triángulo Ballesta formado por las céntricas calles Barco, Desengaño y la propia Ballesta llamó la atención de la iniciativa privada Triball -que toma su nombre del acrónimo de dichas calles-, su presidente Eduardo Moreno se ha convertido en el símbolo personificado de la recuperación de un barrio tradicionalmente ligado a la prostitución.
Consciente de que la mejora de la situación pasaba por lograr la reconversión de los actuales locales y hostales relacionados con esta actividad, buena parte de la tarea de Moreno se ha basado en adquirir la mayoría de este tipo de establecimientos de alterne - a menudo bajos comerciales- con el fin de ofrecérselos posteriormente a tiendas de moda o pequeñas galerías de arte.
Acusado por algunos colectivos de ocultar un proyecto mercantilista y especulativo, Triball ha liderado diversos y exitosos proyectos culturales como Okupación Creativa ¡YA!, en la que 45 artistas entre los que destacaban Carlos Díez o La Casita de Wendy aprovecharon trece de sus locales para exhibir al público sus colecciones, sin olvidar La Maison de la Lanterne Rouge, sin duda la indiscutible joya de la corona a disposición de La Maison gracias a un acuerdo con la Asociación de Comerciantes vinculados a Triball.
El antaño Club Kiss es ahora un increíble espacio multiuso detrás de cuyos cuatro pisos de fachada -obra del licenciado en Bellas Artes e ilustrador Santiago Morilla- cualquiera que decida acercarse a Ballesta 4, tiene vía libre para disfrutar de una acogedora tienda provista de numerosas prendas multimarca, tomar la primera copa de la noche en su acogedora cafetería interior, o descubrir escaleras arriba qué visión mostrarán los artistas invitados de las diversas habitaciones que, a lo largo de los últimos años, fueron testigo del oficio más antiguo del mundo.
Consciente de que la mejora de la situación pasaba por lograr la reconversión de los actuales locales y hostales relacionados con esta actividad, buena parte de la tarea de Moreno se ha basado en adquirir la mayoría de este tipo de establecimientos de alterne - a menudo bajos comerciales- con el fin de ofrecérselos posteriormente a tiendas de moda o pequeñas galerías de arte.
Acusado por algunos colectivos de ocultar un proyecto mercantilista y especulativo, Triball ha liderado diversos y exitosos proyectos culturales como Okupación Creativa ¡YA!, en la que 45 artistas entre los que destacaban Carlos Díez o La Casita de Wendy aprovecharon trece de sus locales para exhibir al público sus colecciones, sin olvidar La Maison de la Lanterne Rouge, sin duda la indiscutible joya de la corona a disposición de La Maison gracias a un acuerdo con la Asociación de Comerciantes vinculados a Triball.
El antaño Club Kiss es ahora un increíble espacio multiuso detrás de cuyos cuatro pisos de fachada -obra del licenciado en Bellas Artes e ilustrador Santiago Morilla- cualquiera que decida acercarse a Ballesta 4, tiene vía libre para disfrutar de una acogedora tienda provista de numerosas prendas multimarca, tomar la primera copa de la noche en su acogedora cafetería interior, o descubrir escaleras arriba qué visión mostrarán los artistas invitados de las diversas habitaciones que, a lo largo de los últimos años, fueron testigo del oficio más antiguo del mundo.
Me ha encantado tu descripcion de la zona de Ballesta... además, alli fue donde te conocimos (soy Héctor... jajaja). Muy bueno el texto...
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