lunes, 4 de marzo de 2013

Pop Politics (II)

El Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) de Móstoles contará hasta el próximo 21 de abril con una de las exposiciones colectivas imprescindibles de 2013. Comisariada por el joven Iván López Munuera, "Pop Politics: Activismos a 33 revoluciones" pone en entredicho la habitual intrascendentalidad que a menudo se le presupone al mundo del pop -y, por extensión, a toda la parafernalia asociada a él, como camisetas, flyers o fanzines- reivindicando las formas específicas que éste y otros géneros populares y urbanos producen a través de las prácticas artísticas contemporáneas.
Para ello, la exposición se sirve del trabajo de más de una treintena de artistas como Ryan McGinley, Zira02 o Aitor Saraiba, ofreciendo todo tipo de videos, fotografías, dibujos, documentales, conciertos y performances. En este sentido, la inquietante instalación "Helter, Skelter, Shelter" de Till Gerhard se presenta como un siniestro pastiche en el que el artista alemán no deja ningún elemento al azar. Su propio título hace referencia a dos de los grupos más influyentes de los sesenta, ya que, por un lado, "Helter, Shelter" alude al tema de los Beatles elegido por Charles Manson y su "Familia" para perpetrar la matanza que acabó con la vida de la mujer de Roman Polanski, Sharon Tate, y, por otro, al sumarle "Shelter", son los Rolling Stones y su "Gimme Shelter" los que comparten el protagonismo de la obra sin rebajar por ello su violencia implícita, ya que el título de dicha canción fue elegido también en el documental sobre la banda en que los Hells Angels encargados de la seguridad del grupo durante su gira norteamericana acabaron asesinando a uno de sus seguidores.
Desde una perspectiva muy diferente del fenómeno fan, Jeremy Deller y Nick Abrahams proyectaron "Our Hobby is Depeche Mode", una obra conjunta en la que seguidores del grupo británico procedentes de lugares tan diversos como Irán o la antigua Unión Soviética narran sus experiencias a cámara. Un documento que, a simple vista, podría pasar desapercibido si no fuera porque en lugares como Teherán, quienes escuchaban música occidental ponían en riesgo su vida al violar una de las prohibiciones impuestas durante la llamada Revolución Islámica. Una situación que guarda muchas similitudes con Rusia, donde otra prohibición propició la aparición de innumerables casetes ilegales en la convulsa época previa a la caída del muro de Berlín.
Ambos ejemplos pertenecen a alguno de los cinco ejes temáticos sobre los que se articula la exposición: "Cuerpos a 33 revoluciones", "Espacios de felicidad extrema", "El fan emancipado", "Del Samizdat al Agit Pop", y "Cover versions, habitando por segunda vez". Cinco potentes campos que desmitifican el papel pasivo del fan, tanto en el proceso de creación de su estética e identidad personal, como en la manera en que éste socializa con su entorno, influido por la integración de la música como un un elemento esencial en su vida.




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