8. XR: Hablando de bandas, Kizo dice contar en el libro "una historia desconocida". ¿Qué faltaba por decir para que las bandas fueran mejor comprendidas? YM: Es un poco como la historia del rap en Francia, una especie de subcultura popular menospreciada por los intelectuales y los poderes públicos. Los verdaderos héroes de barrios salidos de la inmigración no son ni el "chevalier Bayard" ni Vercingetorix, sino más bien Jo Dalton o Jean Gab1. En lugar de reorientar la "revuelta" hacia el confort neoliberal -el ejemplo de redención del rapero Joe Starr es el paradigma-, nuestras élites se ensañan estigmatizando los movimientos populares que no entienden.
9. XR: "Gangs Story" viene acompañado por un documental homónimo sobre el fenómeno de las bandas en Francia. ¿Qué te parece la forma en que este complemento audiovisual refleja en la pantalla las fotos que hiciste para el libro? YM: No sé. No he visto el documental. No fui invitado a la proyección privada. Se difunde a través de una cadena de pago que no tengo. Estoy contento por Kizo, que ha llevado a cabo y a buen puerto el proyecto. Las generaciones jóvenes piensan en video cuando tienen algo que decir. Para la mía era la fotografía la que transmitía la información al gran público.
10. XR: En este sentido, ¿Qué piensas de la famosa película "La Haine" de Mathieu Kassovitz o los videos de Romain Gavras para los franceses "Justice"? YM: Son películas hechas por autores con mucho talento. Una serie de sucesos reagrupados en seis minutos o una hora treinta y seis. Lo normal del género. Estas películas tienen el mérito de hablar de la periferia, aunque la imagen que se da de ella sea parcial y tendenciosa. El problema de los habitantes de barrio no es que se hable bien o mal de ellos -lo normal para cualquier otra comunidad-, sino más bien el de existir.
11. XR: ¿Tienes algún recuerdo especial de alguien en particular? YM: Sí, algo que me ha hecho valorar el abismo que separaba a los habitantes de las "ciudades" de los de los barrios. En febrero de 2012 tenía una cita con Kizo, en el barrio de la Grande Borne, en Grigny. Quería regalarle un libro sobre el boxeador Cassius Clay. El ejemplar era imponente, de al menos 50cm por 70cm. Rápidamente se formó una aglomeración alrededor de Kizo y del libro. La mayoría de los jóvenes presentes no podían ni imaginar que un libro pudiera sobrepasar el formato bolsillo. ¡Todos querían tocarlo, ver las imágenes! Para mí era una escena surrealista, en Francia, en 2012, ¡a 20 kilómetros de París!
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