Con una mediática carrera de más de cuatro décadas a sus espaldas y un nuevo proyecto editorial en mente, Glenn O'Brien publica "How to be a man", la definitiva guía de estilo para el gentleman moderno.
Debutando como primerizo editor y director de arte durante los comienzos de la revista Interview -cuando aún estudiaba en la universidad de Columbia y escribía críticas en el Village Voice-, la trayectoria de O'Brien enseguida se benefició de los contactos de Warhol para acceder a las influyentes personalidades del mundo de la cultura y la sociedad que luego compartían espacio en las páginas del magazine entremezclándose con los personajes underground a menudo excluídos por el resto de publicaciones. Además de escribir para Artforum, High Times, Playboy o Rolling Stone -de la que también fue editor en Nueva York-, a finales de los setenta O'Brien logró rodearse de unos cuantos amigos para dirigir un programa de televisión que se emitió durante cuatro años. "TV Party" fue pues el efímero reflejo de una época en la que la escasez de medios se contrarrestaba con una libertad total en la puesta en escena.
Tal vez por ello, a la descarada aparición de porros en pantalla le acompañó un inesperado éxito de audiencia mayoritariamente juvenil, que vio pasar ante sus ojos iconos como Jean Michel Basquiat -por entonces aún conocido tras el pseudónimo "SAMO"- o Debbie Harry -siendo esta vez O'Brien quien gracias a su programa introdujo al propio Warhol en la efervescente new wave neoyorquina-. Finalizado el guión para la película Downtown 81, O'Brien ejerció durante diez años como director creativo en Barney's a través de Paula Greif -que resultó ser la pareja de Richard Prince, el artista y amigo personal que también ilustró su libro de poesía "Nature (Dub Version)"-. A su asesoramiento y labor de branding, se le añadieron prestigiosas colaboraciones en calidad de freelance como su intervención en la famosa campaña de Calvin Klein protagonizada por Mark Wahlberg y Kate Moss, o la polémica edición del libro "SEX" de Madonna fotografiado por el fantástico Steven Meisel.
Si Warhol levantara la cabeza...
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