domingo, 9 de septiembre de 2012

Forward (II)

Oficialmente nominado para revalidar un segundo mandato de cara a las próximas elecciones presidenciales, Barack Obama clausuró el pasado jueves la convención demócrata consciente de que ya no es el candidato que hace ocho años aspiraba a ocupar el cargo de senador por Illinois. 
Tal vez por ello, la acogida en prime time de su discurso de aceptación pareció desmarcarse de la consigna "campaña en verso, gobierno en prosa" de hace cuatro años para ofrecer en un nuevo contexto el realismo y la madurez propia de quien a estas alturas ya lleva acumulada una clara experiencia de Gobierno. 
Precedido entre otros por las aclamadas intervenciones de su esposa Michelle -encargada de humanizar a Obama hasta convertirlo en el vecino de al lado- y Bill Clinton -quien subrayó que ni él ni ninguno de sus predecesores hubiera podido reparar el daño económico sufrido en tan sólo cuatro años- Obama planteó la decisión que los estadounidenses -y muy especialmente la castigada clase media y los hispanos- tomarán el próximo seis de noviembre como "la decisión más difícil en una generación", alertando de que "si abandonáis la idea de que vuestras voces pueden marcar la diferencia, otros cubrirán ese vacío: los lobbistas y grupos de interés, los que intentan comprar estas elecciones con un cheque de 10 millones de dólares, o los políticos de Washington que quieren decidir con quién te puedes casar", confesando que "vosotros fuisteis el cambio", en alusión a las elecciones de 2008. 
Un cambio en gran parte frustrado desde que en noviembre de 2010 los demócratas sufrieron las consecuencias de un Congreso bloqueado por la mayoría republicana en la Cámara de Representantes en pleno apogeo del llamado Tea Party, ralentizando los planes de Obama hasta límites insospechados. Pese a todo, en momentos como estos cabe recuperar las palabras de John Spencer cuando en uno de los últimos capítulos de El Ala Oeste de la Casa Blanca afirmaba: "Tenemos más capacidad de cambiar más cosas en un día en la Casa Blanca que en toda nuestra vida una vez que salgamos de ella". La pregunta es, ¿Seguirán confiándole ese tiempo a Barack Obama?




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