De vez en cuando, el ciudadano curtido entre el asfalto de las grandes metrópolis descubre cómo su rutina habitual se entremezcla con efímeras obras de arte dando pie por un instante a la complicidad, la sorpresa o la reflexión.
La calle como soporte artístico es el escenario en el que el street art -como evolución lógica del graffiti- entra en contacto con el viandante acostumbrado al sobre estímulo de impactos publicitarios que ya asimila y digiere a diario como parte natural del paisaje urbanístico.
Es aquí donde desde mediados de los 80´, el artista madrileño SpY comenzó su reivindicación de la ciudad como un enorme lienzo lleno de posibilidades en el que primero plasmó numerosos graffitis hasta el salto definitivo a sus actuales intervenciones sobre elementos del mobiliario urbano y soportes publicitarios cuidadosamente mimetizados por el entorno.
Parte de su estilo ágil y comprometido puede verse en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta el 29 de marzo, dentro de la exposición Hipótesis urbana. Investigación sobre diseño contemporáneo en la que, junto a otros proyectos similares, se pretende "lograr un acercamiento al diseño urbano por medio de la cultura visual de la ciudad y su ecosistema callejero".
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