Caminando entre las largas y bulliciosas colas de Gran Vía y Callao provocadas por la habitual cartelera previa a los Oscar, cuesta creer la mala situación por la que atraviesa gran parte del pequeño comercio. Las tiendas termómetro de la crisis en la capital -esas que todo el mundo piensa que siempre se mantendrán pase lo que pase- no sólo lo han notado como las demás, sino que también han visto cómo los temporales de las últimas semanas han hecho el resto en un momento crítico.
Ante esta realidad, uno se pregunta si no habrá llegado el momento de comprar con una cierta solidaridad, recompensando en la medida de lo posible a aquellas tiendas que queremos seguir viendo ahí cuando todo esto mejore.
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