Aunque bien podría tratarse de una instalación de Olafur Eliasson, los neoyorquinos pueden contemplar dos veces al año cómo de oeste a este el sol va lentamente resbalando entre las vidriosas fachadas de los rascacielos de la Gran Manzana en un espectacular fenómeno conocido como Manhattanhenge.
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Bien podría tratarse de una serie de dicho fotógrafo, sí.
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