Alfredo Pérez Rubalcaba avivó ayer ante una expectante audiencia el color rojizo perdido por el partido que representa con un esperado discurso de aceptación sobre el que Zapatero ya vaticinaba que habría "un antes y un después". Bastó una hora y un par de minutos para dar oficialmente por concluido el postzapaterismo iniciado la misma mañana del pasado dos de abril en que el propio presidente anunció su decisión de no presentarse a un tercer mandato.
Ya en calidad de candidato presidencial, Rubalcaba dejó entrever en este primer acto diseñado a su medida algunas de las líneas maestras que conformarán su programa electoral. Sin quitarse en ningún momento la chaqueta de profesor, Rubalcaba fue hilando sus propuestas en torno a cuatro grandes ejes -empleo, economía, igualdad y política democrática- valiéndose de esa adictiva dialéctica que tanto le caracteriza, al tiempo que redes sociales como Twitter echaban humo, convirtiéndole en indiscutible trending topic. Consciente de la titánica labor que supondrá la recuperación de la confianza y los votos perdidos tras la debacle del 22-M, Rubalcaba también dedicó unos minutos a los indignados del movimiento 15-M quienes, al fin y al cabo, son los únicos que en realidad llevan meses contribuyendo a dignificar la política.
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