Burned (I)

Amy Winehouse ha muerto ayer en su apartamento londinense siguiendo la misma estela maldita de leyendas caídas a los 27 como Jimi Hendrix, Janis Joplin o Jim Morrison -cuyo 40º aniversario se cumplió el pasado tres de julio-.

Las reacciones a la noticia se han dividido entre aquellos que, tras haber reducido la trayectoria de Winehouse a un simple entretenimiento de papel couché, se han apresurado a dejar clara su falta de sorpresa ante el fatal desenlace, y quienes siempre fueron conscientes de que el desgarro de sus canciones era suficientemente elocuente por sí solo. Así, mientras los primeros tratan de alargar el chisme póstumo haciéndose fans de todo aquello que huela a chiste fácil en los grupos de Facebook creados para la ocasión, sus verdaderos admiradores lloran la pérdida de la artista blanca de voz negra que con veinte años logró imponer su combinado de soul, R&B y ska en el número uno de las listas del mundo entero.

Tras la pureza jazzística de su álbum debut Frank -titulado en homenaje a Frank Sinatra-, Amy optó por ponerle voz a los autodestructivos altibajos de su propia experiencia vital creando escuela con el memorable Back to Black. El legado de grandes divas con similar obsesión por el exceso como Sarah Vaugham o Billie Holiday, unido a la inconfundible estética pin-up de las míticas The Ronettes, permanece encapsulado en cada uno de los once temas de un disco que, por otra parte, ha sabido adaptarse perfectamente a los nuevos tiempos. Además de crear su propio sello discográfico -Lioness Records-, sus inusuales referentes marcados por una infancia forjada a base de clásicos de los años cincuenta y sesenta, nos han dejado impagables versiones como "Cupid" de Sam Cooke, "To know him is to love him", escrita por Phil Spector para su grupo The Teddy Bears, o, más recientemente, el hit "It's my party" popularizada por Lesley Gore e incluida como parte del disco tributo a Quincy Jones.

Si el pasado diez de febrero de 2008 parte del famoso mercado de Candem ardía en llamas mientras Amy se hacía con cinco flamantes premios Grammy, en la tarde de ayer otro fuego se llevó el resto.

(Nota: Se aplaza el post previsto de Robert Mapplethorpe)