El inevitable acercamiento de esta fecha unido al reciente anuncio de cierre de El Bulli, hizo que el otro día Dalí, frustrado ante la temporal retirada de su probable discípulo postmoderno, me eligiera excepcionalmente como medium para recomendaros Les diners de Gala.
Por tanto, entre el surrealismo de ultratumba y el del mundo real, el pintor -que comienza confesando su infantil anhelo de haber llegado a ser cocinero-, se sale del marco para comulgar con los comensales en un libro diseñado e ilustrado por él mismo en honor a su esposa Gala, dejando que el pincel sustituya a los cubiertos, y el óleo de paso a una variopinta puesta en escena culinaria con 136 recetas agrupadas en 12 categorías pensadas para el placer sin remordimientos.
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