"Recuerdo estar sentado el día siguiente a la primera revuelta, cuando acabó todo. Aún no había amanecido y me senté junto a una puerta, agotado. Y miré la calle. Aún estaba lo bastante oscuro para que la luz de las farolas se reflejara en todos los cristales rotos, en todos los destrozos. Y la ropa de colores, enganchada en distintos sitios... era como si estuviera todo decorado. Era precioso, relucía como la mica. Era como si la calle de la pelea estuviera llena de diamantes, como una recompensa." - Martin Boyce
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario