Con la mirada puesta en sus más de dos décadas de férrea dirección al frente de la publicación con mayor influencia en el mundo de la moda, da la sensación de que Anna Wintour -la hierática y temida directora de la edición americana de VOGUE- ha asumido como propia la máxima del escritor y filósofo francés Régis Debray cuando afirmaba que "no hay masas organizadas sin soportes visuales de adhesión".
Consciente de su poderosa posición, más allá del propio sector, y poseedora de una agenda capaz de actuar como una exclusiva llave maestra en el momento adecuado, Anna Wintour ha logrado sobrevivir en poco tiempo tanto a Meryl Streep en calidad de alter ego en la famosa El diablo viste de Prada como a los rumores de sucesión en favor de su homóloga parisina Carine Roitfeld.
Preocupado por esta inestable situación de popularidad, el diseñador freelance Chris Sauve se ha apuntado a la moda de las camisetas con mensaje -inspiradas en la célebre "Free Winona" mientras duró la fase cleptómana de la actriz- creando una serie que muestra su apoyo a esta musa para la que todos los incondicionales del S/M querrían trabajar.
Y yo me pregunto, con el glamour que está demostrando a la hora de elegir vestuario, ¿para cuándo una para Camps?
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