Una escueta dedicatoria a modo de prólogo es todo el agradecimiento que los miles de mochileros, estudiantes y viajeros del mundo encontrarán en "The Worst Hotel in the World", el libro que, además de ilustrar sin photoshop su lamentable estancia en el Hans Brinker Budget Hotel de Ámsterdam, aprovecha la ocasión para exhibir con orgullo el éxito de los últimos 15 años de comunicación de la mano de KesselsKramer.
Con una desconcertante web que cambia constantemente de interfaz, la agencia co-fundada en 1996 por Eric Kessels -y ubicada físicamente en el interior de una antigua iglesia reformada- ha generado un auténtico peregrinaje trash que diariamente se hacina en las 650 habitaciones inducido por unas campañas donde el verdadero lujo es su ilimitada honestidad.
A cambio, esta redefinición del low cost en la que menos es siempre menos, se ve recompensada gracias a la comprometida filosofía eco-friendly del hotel por la cual lleva ayudando accidentalmente al planeta desde 1970.
Al cierre de este artículo, fuentes cercanas me confirman que Al Gore apoya activamente dicha longeva iniciativa, pero que una vez más se ha visto obligado a declinar la oferta de la habitación 159 por problemas de agenda.
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ResponderEliminarsaludos.
Alexx.